La guerra con el wifi es una de esas pequeñas maldiciones de la tecnología que nunca entierra su hacha de guerra. Disfrutar de esta comodidad sin caídas de señal que nos ralenticen nuestros dispositivos en zonas alejadas de ella base es un contratiempo al que enfrentarnos en nuestro hogar. A veces, la conexión a internet es suficiente para un uso “primario” en nuestro ordenador principal. Pero esa señal alimenta a móviles, ipads y portátiles en otras habitaciones y ahí la señal comienza a ponerse rebelde. Vamos a intentar poner luz al problema y ayudarte a que tu conexión sea la mejor posible en toda tu vivienda.
El wifi suele colocarse debajo del televisor, cuando no escondido detrás de éste o de otros elementos del hogar. Nos olvidamos que de su correcta colocación va a depender que la señal llegue a todas las habitaciones con una intensidad decente. Por eso, la ubicación del aparatito es fundamental. Lo situaremos en el punto más elevado del hogar, sin miedo a las alturas, y lo más centrado posible en la superficie de la vivienda. La señal que el router emite es homogénea, y por ello si está en una punta de ella casa la estaremos desperdiciando ya que acabará llegando estupendamente al vecino o incluso al transeúnte y no al dormitorio. Las antenas de este aparato deben estar en posición vertical y en cualquier caso. No descartes realizar un trabajo de campo para probar cuál es la mejor ubicación para que el resto de habitaciones reciban su ansiada señal. Pero no existen los milagros, recuerda que, si la señal llega ya débil al repetidor, la velocidad de conexión no va a poder hacer filigranas con una pobre herramienta de trabajo.
Los routers que por defecto se colocan en las casas suelen correr por cuenta de los distribuidores, por lo que su complejidad y sofisticación no suele ser muy alta. Si vemos que nuestro hogar se resiste podemos optar por adquirir un aparato de mayor calidad y potencia, que se recomienda sea de banda dual (2,4 y 5 GHz) y a ser posible, compatible con 802.11ac.
Si aún así la señal sigue siendo una ausente en algunas dependencias de tu vivienda no desesperes todavía. Puedes optar por ampliar físicamente la señal inalámbrica mediante el conocido como “extensor de señal WiFi”, un invento que enchufado en la red eléctrica amplía mágicamente la señal recibida del router. No necesitarás que un técnico te lo coloque ya que son muy sencillos de poner en marcha.
Existen también los PLC (Power-line Communication) que aprovechan el tendido eléctrico de la vivienda para proveer de señal a tu hogar de arriba a abajo. Consta de un dispositivo que va directamente al router y otro que llevaremos al punto central de la vivienda facilitando que la señal llegue a puntos lejanos de la instalación. A diferencia de los repetidores WiFi, en los PLC (más avanzados y complejos) apenas existen perdidas en la calidad de la señal por lo que es la solución más recomendable.
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