En la actualidad existen más teléfonos móviles que personas en el mundo. Y para que todo este mecanismo de comunicación funcione deben existir las antenas que envían y reciben señales para conectar a los móviles. Ante las antenas han surgido muchos mitos sobre su nocividad para la salud y ante ellos cabe preguntarse cuáles son mitos y cuáles son verdad. Porque ni son tan malas como dicen, ni tampoco son tan buenas ¿Quieres saber más? Te contamos hoy los mitos y verdades sobre las antenas.
¿Existe algún riesgo para la salud con las antenas?
Hay muchas especulaciones acerca de las antenas y sus efectos nocivos para la salud: desde que las antenas móviles causan cáncer, dolores de cabeza o extrema sensibilidad a los campos eléctricos que nos rodean allá donde vamos. La realidad es que, efectivamente, estas emisiones pueden llegar a producir cambios en la membrana de las células y alterar los flujos de algunos iones, como el calcio, así como aumentar la temperatura corporal en algunos grados. Sin embargo, y pese a que esos efectos biológicos son reconocidos por la comunidad científica, lo cierto es que no hay ninguna evidencia de que supongan consecuencias negativas para las personas.
Para que haya un peligro real el sujeto debe estar durante mucho tiempo dentro de la zona de influencia directa y de mayor radiación (en torno a 10 metros en horizontal a la antena), algo improbable ya que suelen estar situadas en azoteas o lugares de difícil acceso.
Por tanto que las antenas son peligrosas para la salud es un mito a medias, ya que sí que son peligrosas si te llevas mucho tiempo muy cerca de ellas, pero nadie se acerca tanto a las antenas como para que estas le perjudiquen en su salud.
Deja una respuesta