Si nos preguntan por el inventor de la electricidad casi automáticamente diremos que fue Édison. Pero ni fue su creador ni el primero en patentar la bombilla de incandescencia. Lo que ocurre es que la suya fue la primera que resultó comercialmente viable. Cuando obtuvo la patente en 1879, fundó la Edison Illuminating Company e inauguró en 1882 la primera central eléctrica con la función de vender electricidad a los compradores de sus bombillas. Entonces eran pocas bombillas, pero hoy día todo ha cambiado ya que el uso de la iluminación eléctrica y la electricidad está tan extendido que ha tenido que reinventarse para esquivar uno de sus mayores lastres: la dependencia de los combustibles fósiles.
Cuentan que la industria forjada por Édison comenzó con 80 clientes y 400 bombillas y una planta de cogeneración en la que el vapor se aprovechaba para dar calefacción a los edificios aledaños. En 1879 la primera bombilla estuco encendida 14 horas. Un año después la primera turbina generaba electricidad por impulso de un curso de agua que daba paso poco después a la primera central eléctrica comercial. En 1895 se creó la Central hidroeléctrica del Niágara, la primera en generar corriente alterna que posibilitaba transportar la electricidad a grandes distancias. En ese camino hay que reseñar un nombre fundamental: Nicola Tesla y su apuesta por la corriente alterna. Fue el responsable de esa central hidroeléctrica de las cataratas del Niágara, que llevaba la electricidad hasta la ciudad de Buffalo, a 40 kilómetros de distancia, dando el pistoletazo de salida para la electrificación del mundo y, con ella, la segunda revolución industrial.
Habría que esperar hasta 1951 para que la energía eléctrica diera el salto a la primera central nuclear experimental en Ohio (EE. UU.) y cinco años más tardes al primer aerogenerador instalado en la costa danesa. Detrás vinieron las células fotovoltaicas que comercializó la compañía japonesa Sharp con tecnología de silicio monocristalino.
El aprovechamiento del sol mediante placas fotovoltaicas se estima llegará a los 750 GW en 2025, con China como principal motor. La energía eólica, es la de mayor crecimiento en la última década en todo el mundo, siendo la instalada en el mundo de alrededor de 500 GW. Sin duda en este momento del siglo XXI el mayor reto es seguir investigando para una mayor implantación de las renovables que permitan que el planeta no siga viéndose afectado de nuestra dependencia de la energía eléctrica resultante de modelos anclados en los combustibles fósiles y la agresión al medio ambiente.
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